Compramos Corum y Rebecca de Alba, más allá de la belleza Replica hecha en Suiza

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El buen gusto y creatividad de Rebecca de Alba y Corum fueron los elementos que ayudaron a concebir una edición limitada a treinta relojes del modelo Admiral’s Cup Legend 38, que además tienen como misión principal una noble causa. Este es un proyecto que lleva tres años de desarrollo y hoy es una hermosa realidad. Al ver el reloj, enseguida es posible apreciar una elegante carátula con expresiones brillantes y refinadas.

Durante este periodo, Corum continuó sorprendiendo al público con cada nueva colección, lanzando modelos de una gran audacia estética y una excelente ejecución. En 1997, la firma presentó el Tabogan, un reloj dotado de un complejo mecanismo –pantentado por la firma- que permitía situar la caja verticalmente, de modo que podía convertirse en un reloj de sobremesa. El año 2000 llegó el turno del monumental Bubble, cuya bóveda de 11 mm de cristal de zafiro generaba un efecto lupa que permitía obtener una singular imagen de la esfera.Este esfuerzo para ofrecer siempre diseños innovadores fue recompensado, también en el año 2000, con el premio Gaïa del Museo Internacional de Relojería, que René Bannwart recibió por su contribución a la historia de la relojería y la cultura. En el ámbito empresarial, cabe destacar la llegada, ese mismo año, de Severin Wunderman, reconocido filántropo e importante hombre de negocios con años de experiencia en el mundo de la relojería.Durante los ocho años que estuvo al frente de Corum, Wunderman contribuyó a dinamizar la marca, siempre fiel al espíritu pionero e independiente que la ha caracterizado desde su fundación. Bajo su dirección, la firma lanzó modelos como el Trapèze (2001), con su espectacular caja trapezoidal; o el Classical Vanitas, el primer modelo en el mundo que utilizaba la marquetería como técnica de decoración de una esfera.
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Equipado con un movimiento automático, calibre CO 082 y una reserva de marcha de 42 horas, esta pieza es tan femenina como dulce y exclusiva. En su carátula, justo a las 3 horas, es posible admirar la belleza de tres estrellas pequeñas que además son el símbolo de la Fundación. ¿El fondo de la caja? Adornado con el logo de Corum y la firma de Rebecca de Alba.

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La fundación de la famosa tiene como fin apoyar a niños y jóvenes que padecen cáncer en México. Por ello, el 10% de la venta de esta exclusiva colección será donado a la causa. Lo mejor es que además de esto, la pieza es cautivadora y jamás pasará desapercibida. Tal y como Rebecca.

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